lunes, 7 de septiembre de 2015


Manos muertas


Jorge ibargüengoita


Esta anécdota se trata de un hombre que compra una terreno, con la esperanza de algún día construir su casa sobre el. El terreno que quiere comprar es de manos muertas – terrenos de la iglesia o ayuntamientos que con se podían ni comprar o vender. Cuando regresa después de dos años para enseñarle a unos amigos el terreno y en donde va a construir su casa. Una mujer no lo deja pasar y le dice que el terreno no es del hombre. Eventualmente al hombre le dan su terreno y lo tiene compartido con el que se lo vendió y luego no quiso dárselo. El hombre que compro el terreno tiene la parte mas grande de lo que se dividieron los dos.

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